Hola lectores/as,
He vuelto (música de Terminator).
Sí, después de haber estado bastante liado -y con decir "bastante" me quedo corto-, vuelvo de nuevo a mi actividad rolera. Y con esta segunda entrada del año, vengo cargadito de novedades, que ya iré comentando en próximas entradas. Hoy comento uno de los temas que más se hablan por las redes, y que es ni más ni menos que el juego de Age of Sigmar, la novedad de Games Workshop desde hace ya varias semanas.

Sin embargo, y a medida que iban pasando las posteriores ediciones, ví como poco a poco una realidad iba formandose: cada vez más sacaban menores novedades de figuras, iban tocando reglas que antaño ya estaban viniendo bien, y la política de precios comenzaba a encarecerse al alza.

Para cuando quise retomar un poco el asunto, mis peores temores se habían confirmado: Games Workshop había matado la calidad por el precio y las ventas. Estaban sacando figuras con un poco más de detalle, pero con un cierto toque de ambientación que no terminaba de encajar -¿demonios de Nurgle montados en moscas gigantes? ¿diablillas de Slaanesh en carros que dañaban a la vista?-, y a unos precios prohibitivos, donde la mayor parte de las nuevas figuras no te bajaban de 45 euros. Y de los packs de iniciación, además de la desdoblez de la White Dwarf en dos revistas, ya ni te cuento.
¿Qué se habia hecho de esas grandes tiendas? ¿De las Noches del Veterano con Blood Bowl? ¿De aquellas figuras que encandilaban tanto por su coste en puntos, como por sus características y su estética? Esperaba, con cierta esperanza, que la tumba que se estaba comenzando a cavar Games Workshop -no la marca GW ESpaña, esa ya desapareció tiempo ha- no fuera muy profunda.
Hasta que llegó Age of Sigmar.
Age of Sigmar: el Fin de los Tiempos y nuevo negocio
Desde hace unos cuantos meses, la marca no paraba de enviarme por correo electrónico el supuesto "Fin de los Tiempos", con el fondo de un tipo cadavérico con pinta de Nigromante que tenía muy buen futuro. "Bueno", pensé, "veo que se están comenzando a espabilar", mientras le echaba un vistazo a la web. Más tarde me enteré que esa serie de batallas supondrían un cambio en el mundo de Warhammer, con lo que sospechaba una nueva edición y la espera de una clara mejoría. Pero me equivocaba.
No podía torcerse la cosa de peor modo.
Para empezar, sus libros de reglas son caros y bastante mediocres: su básico, y en inglés, ya son 60 euros, el Battletome: Seraphon Limited Edition, 111 euros, o el más "barato", el Battletome: Khorne Bloodbound, 46 euros. Y el contenido de sus páginas, recogiendo con pinzas las reglas más básicas y de un ritmo supuestamente más dinámico, no está a la altura de las circunstancias.
Por otra parte, está el tema de las miniaturas: Archaon Everchosen, 130 euros, seis figuras de Caballeros Andantes, 61 euros, cinco figuras de Blod Knights, 81 euros, y ojo, un Batallón de los Reinos Ogros, con tan solo 16 figuras, 87 euros. Y cuidado, eso no es lo mejor: en la página principal del juego puedes ver mensajes como "Gana el Ejército de tus sueños" o "¡Última oportunidad de compra!: miniaturas de Tomb Kings ¡Cuando se acaben, no volverán!" ¡Impresionante modo de venta, sí señor!
En resumen
Games Workshop fue en su momento una marca reconocida de figuras de rol para batallas. Sin embargo, y con el paso del tiempo, las vueltas que ha dado el negocio del wargame han sido varias, y en la actualidad exiten mejores opciones para jugar con otras marcas que no suponen un gasto considerable. Seamos sinceros: sabemos que jugar a rol nunca ha sido barato, y hay que seguir unas rgelas de juego en el negocio, puesto que no deja de ser como tal, pero no por ello significa que tengamos que gastar un ojo de la cara con tan pocas figuras, y encima, de no mucha calidad, con alguna postura errática o con una estética que se ha vuelto, en mi opinión, un poco exagerada.
La marca londinense podría haber aprovechado alguna oferta, alguna promoción especial para sus clientes, algún evento para llamar la atención del juego y aprovechar el tirón comercial. En vez de eso, la política de la empresa ha sido reducir costes a un precio de venta bastante bestia, han quitado líneas de juego y figuras porque no les salían los números, y eso demuestra que Games Workshop ha perdido el tren de la calidad desde hace un tiempo. Veremos si en los próximos meses recupera algo de esa vieja magia que tanto la caracterizaba, o si por el contrario la debacle continúa.
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