jueves, 7 de agosto de 2014

Robots y Androides: el estado de la cuestión

Hola lectores/as,

La semana pasada, en uno de mis habituales paseos que me pegaba por los centros comerciales para saber las novedades en juegos de PC y consola, cómics y demás ocio en general -en este caso Fnac Illa Diagonal de Barcelona, concretamente- hallé un curioso descubrimiento: un cómic de la Liga de la Justicia, cuya tirada tieen el título de Maldad Eterna, donde apareía una portada de unos Metal Men renovados a cargo del guión y dibujo de Geoff Johns e Ivan Reis. Y tras leer este cómic, de una calidad de dibujo indudable, me doy cuenta a partir de las reacciones de los personajes, en especial de los Metal Men, de hasta donde empieza lo robótico y donde termina lo humano en este tipo de seres artificiales. Hay una escena que me gustó bastante en la que se habla de los sentimientos de estos seres, en la cual Will, su creador, entabla una conversación con ellos:
- "Se supone que no podéis sentir"
(pausa en la siguiente viñeta, en donde los seis componentes del grupo metálico le miran)
- "Pero sí que podemos, Will. Nos hizo así"
A partir de ello, me puse a reflexionar y a rememorar un poco las diversas series que han abordado este aspecto, y otros más, por parte de sus creadores y dibujantes a la hora de tratar este tipo de cuestiones, y e aquí el motivo de esta entrada, de permitir recordar y reflexionar acerca del tema de la robótica y sus avances, que hoy en día están siendo bastante espectaculares, sobretodo en Inteligencia Artificial.

Robots, Cyborgs y Androides

Antes de nada, hay que diferenciar estos tres términos principales, que si bien entran dentro de la misma família, no significan lo mismo.
Según Wikipedia, Un robot es una entidad virtual o mecánica artificial. En la práctica, esto es por lo general un sistema electromecánico que, por su apariencia o sus movimientos, ofrece la sensación de tener un propósito propio. La independencia creada en sus movimientos hace que sus acciones sean la razón de un estudio razonable y profundo en el área de la ciencia y tecnología. 
Asímismo,  un cíborg o cyborg (del acrónimo en inglés cyborg: de cyber [‘cibernético’] y organism [‘organismo’], ‘organismo cibernético’) es una criatura compuesta de elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos generalmente con la intención de mejorar las capacidades de la parte orgánica mediante el uso de tecnología.
Por último, el término androide es la denominación que se le da a un robot u organismo sintético antropomorfo que, además de imitar la apariencia humana, imita algunos aspectos de su conducta de manera autónoma

Tomando así esta base, cabe decir que la primera vez que escuché y ví el tema de los robots de marras fue con la antigua serie de los Mightin Morphin Power Rangers, de mediados de los 90, donde una serie de héroes disfrazados pilotaban grandes máquinas de batalla, capaces de recorrer grandes distancias a una velocidad increíble, diparar rayos de partículas y levantar grandes toneladas, para enfrentarse a enemigos gigantescos. Ambos eran de tecnología alienígena, y por lo tanto daban a entender que únicamente eran ellos los elegidos con los conocimientos necesarios como para poder utilizarla. Años más tarde, tuve oportunidad de ver la película anime Ghost in the Shell, donde se aborda la persecución del crimen en hackeo y delito informático por parte de un cuerpo especializado de policía, llamada "Sección 9", en un Japón futurista donde las tecnologías de la información y los androides forman parte de la vida habitual de la gente. La protagonista en este caso fue Motoko Kusanagui, quien a lo largo del film se realiza preguntas acerca de su humanidad y de si posee un espíritu como tal en su condición de cyborg, o si no es más que una máquina con una emulación de sentimientos.

 Siguiendo por el sentimiento, también está la famosa serie manga Chobbits, donde la acción transcurre en las relaciones que se establecen entre un joven humano y una androide capaz de tener sentimientos profundos de amor, con la consecuente atracción que se forma entre ellos. Sin embargo, dentro del mismo manga se vuelve a recurrir sobre si un androide dispone de esos sentidos propios del ser humano, dudando así de su propio límite de hasta donde está rozando lo humano y lo androide, y si vale la pena luchar por ello. Un melodrama algo repetitivo en ocasiones, pero que cumple bien con su cometido sobre esta cuestión.
Otra obra que tuve oportunidad de visualizar en los cines fue la película de Yo, robot, donde se aborda el tema de las tres leyes de la robótica que tanto abunda en las obras de ciencia ficción de Isaac Asimov:
  1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
  2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª Ley.
  3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.
Así pues, con estas tres leyes se entra de lleno en un código de conducta moral por parte de los robots para que no se rebelen ni hagan daño a sus creadores. Sin embargo, cuando en la película se entrecruzan toda una serie de reacciones y sentidos manifestados por las máquinas propias de los seres humanos, lo que uno lleva a preguntarse es: ¿realmente se han desarrollado tanto como para tener sus propios sentimientos, o es tan sólo una divergencia, un fallo de algún tipo dentro de su programa interno?
Por otro lado, en su momento he visto algunas serie de cómics y dibujos animados, así como las actuales películas de Hollywood de Transformers, donde se basan en la supervivencia y eterna batalla entre unas grandes máquinas alienígenas con pensamiento propio, en este caso pertenecientes a dos bandos, los Autobots y los Decepticons. Aquí volvemos no solo a hablar sobre los sentimientos que sufren durante las pérdidas de sus compañeros caídos, sino también a que tienen pensamiento propio como para tener sus propias decisiones y acciones, así como otro elemento que vuelve a ser recurrente: el espíritu y la inmortalidad. En muchas ocasiones, Optimus Prime o algunos de sus compañeros explican la historia de su planeta natal, Cybertron, y como cayó debido a las luchas de poder, dejando caer que eso ocurrió hace mucho, mucho tiempo, y que su existencia es desde tiempos imperecederos. Así que la pregunta es: si tienen la capacidad de pensamiento y reacción, ¿tienen espíritu, o algo que se le parezca? ¿Són realmente inmortales, o son simplemente máquinas con una esperanza de vida más larga?


En resumidas cuentas
 
Desde hace mucho tiempo, el ser humano ha estado persiguiendo, de alguna u otra forma y a través de la imaginación o las investigaciones, una forma por la cual pueda llegar a rozar la inmortalidad, a alargar su esperanza de vida o, simple y llanamente, hallar alternativas para que su modo de vida sea más fácil, con la invención de avanzadas tecnologías y acompañantes robóticos que le ayuden durante su día a día. Desde componentes cibernéticos capaces de mejorar nuestra capacidad de memoria o disponer de capacidades sobrehumanas hasta androides que nos ayuden, por ejemplo, en las tareas del hogar, estas y muchas cuestiones han sido tratadas desde un principio en historias de ciencia ficción hasta ser llevadas poco a poco a la realidad con el pasar de los siglos. Nuestra capacidad de inventiva y genialidad nos ha permitido fabricar grandes componentes tecnológicos de comunicación e incluso humanoides robóticos, diseñados para ayudar al ser humano. Ahora, con el estado de la cuestión aún candente y que sigue desarrollándose en la mente de muchos la pregunta es: ¿hasta dónde somo capaces de llegar en el desarrollo de estas nuevas tecnologías? ¿Llegará el día en que estas máquinas sean creadas a nuestra imagen y semejanza con suma perfección? Y si es así, ¿dónde empezará lo robótico y dónde lo humano?
 
Y esto es todo por hoy. Si os ha gustado, no dudéis en enviarme algún e-mail, o dejarme algún comentario u opinión al respecto. ¡Pasadlo bien!

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