Ostras, pues un pelín complicado, ya que me viene a la cabeza dos Pj´s memorables. El primero fue una joven hechicera en una partida estilo Dungeons and Dragons, que tenía muy buena relación con mi Pj, un anciano hechicero de cierto renombre, y que mantuvieron una muy buena conversación durante un rato al inicio de la partida, dando la duda de si eran solamente amigos o algo más. Fue un momento tierno, y su Máster, miss Loke -la administradora del foro Fantasyrol-, se trabajó muy bien el juego y la historia, por no decir de los lugares -castillos, intrigas, en fin, todo en respecto a lo medieval y la magia-.
Luego, el que me acuerdo más de los nombres fue en el JDR "Six feet Under", unas partidas que en su momento realizó el usuario Nimrod, del mismo foro, ambientado en 1920, y donde la acción transcurre por parte de jóvenes adolescentes, a caballo entre un Internado de la Selva Negra y un País de Fantasía, donde mi Pj Lucius Dunkler Schatten la lía REALMENTE y en más de una situación junto a Derek Heredia, un Pj llevado por el inefable Valtmord. Imaginaos las siguientes situaciones: un apasionado por la mecánica de aviones y en soltar exabruptos junto con un chico tatuado y organizador de desmanes en un Internado de Alemania, que no les gustan las normas, van y se enfrentan a los chulos pijos del patio que intentan dominar y acongojar al personal. A continuación os paso lo más memorable que ocurrió en la partida por parte de estos dos. Se trata de la situación de que al llegar al Internado, este par ligan y una chica rubia les conduce al jardín del mismo, pero pasa lo siguiente (perdón de antemano por la parrafada, pero es que fue impresionante):
Derek Heredia: La chica era preciosa, no habían chicas así en el Hunde Hause, era algo nuevo para mi. La rubia unió su mano a la mía y comenzó a guiarme hacia la salida, pasamos a lo largo del hall donde encontramos a un grupo de gente hablando. Fijándome mejor, vi a los pijos del autobús mirándonos con una cara de envidia que los tiraba pa'trás. Sonreí y con mi mano sobrante levanté ligeramente la camisa para que se viese el tatuaje de "Hunde Hause", lo señalé, dejé caer la camisa y me llevé la mano a la boca simulando una felación empujando desde dentro los mofletes con la lengua y moviendo la mano simultáneamente a dentro y a fuera (¿Se entiende lo que es no?xD). Pasé de ellos y volví a fijarme en la chica a la que precedía.
Derek Heredia: La chica era preciosa, no habían chicas así en el Hunde Hause, era algo nuevo para mi. La rubia unió su mano a la mía y comenzó a guiarme hacia la salida, pasamos a lo largo del hall donde encontramos a un grupo de gente hablando. Fijándome mejor, vi a los pijos del autobús mirándonos con una cara de envidia que los tiraba pa'trás. Sonreí y con mi mano sobrante levanté ligeramente la camisa para que se viese el tatuaje de "Hunde Hause", lo señalé, dejé caer la camisa y me llevé la mano a la boca simulando una felación empujando desde dentro los mofletes con la lengua y moviendo la mano simultáneamente a dentro y a fuera (¿Se entiende lo que es no?xD). Pasé de ellos y volví a fijarme en la chica a la que precedía.
Nos llevó al jardín, por lo que dijo, sería mejor que nadie
nos pillase, tal vez no pudiésemos estar allí, me daba igual -¿Pero que
vamos a hacer en el jardín?- -...Lo cierto es que había pensado
terminar en un plano más... horizontal, no aquí- Miré a mi compañero
sonriente justo para que la rubia le hablase.
Lucius Dunkler: Tras las manitas
de rigor entre mi compadre y la rubia, nos lleva fuera del
comedor. Mientras caminábamos por el hall, vimos a unos cuantos pijos
de los de antes, con ciertas miradas de odio. Derek les enseñó el tatuaje de su
cuerpo, y a continuación les hizo un gesto obsceno. Como yo no iba a ser menos,
y al igual que a él esa pandilla de pelagatos me caían como un tiro, un buen
corte de mangas dirigido a ellos no me pareció mal para la ocasión, a la par
que les susurraba:
- Que os den.
Al rato salimos al jardín del centro. Era inmenso, y el
espectáculo astronómico celeste no era para menos.
- Desde luego, ojalá que en la ciudad se diesen
noches tan claras como éstas todos los días...- pensé, con cierta
añoranza.
Pude ver a pocos pasos de mí a la "parejita
acaramelada". La rubia mirando, como si estuviera buscando algún lugar, y
Derek con cara de embobado perdido y con una sonrisa. Estaba claro que a este
chico la rubia le había hecho "tilín" desde un principio, aunque para
mí me pareciera un poco borde la primera vez que la ví.
- Tú tendrás que esperar un momentito. Mi amiga nos
espera allí... eso si encuentro el sitio que me había dicho...-me dice de
repente la rubia.
- ¿Esperar un momento? ¿Aquí afuera? Joder, a ver si estos
dos se van a pegar el lote y a mí me dejan en la estacada...-pensé, un momento
sorprendido.
- Okay, rubia, pero dime por dónde, pues te veo
un poco perdida. ¿Has quedado con tu amiga Emily por aquí afuera?-dije,
poniendo un poco en duda la integridad orientativa de la chica.
La chica continúa caminando. Llegado a un punto, arruja las
cejas en una expresión un poco cómica, dudando si continuar o cambiar de
dirección.
Justo en ése momento, se gira y resopla con una mezcla de
tranquilidad y otra cosa que no podéis entender bien, cuando ve a alguien.
Al giraros podéis ver a cuatro de los chicos que estaban
antes en la entrada, los que os miraban con cara de odio, que se dirigían
directos hacia vosotros. Todos eran muy parecidos entre sí. Sí, vestían
diferente (aunque con el mismo estilo), y llevaban el pelo de distinta manera,
e incluso no se parecían demasiado físicamente, pero en cualquier caso si os
dijeran que eran todos hermanos os lo creeríais.
Caminan hacia vosotros hasta quedarse a apenas un par de
metros. La rubia os mira, murmura un “lo siento”, en el que no sale apenas voz,
y va hacia ellos. Mientras se va roza levemente el brazo del gitano.
- Me pidieron que les ayudara a separaros de todo el mundo.
Me dijeron que si no…
Ivan:- No hace falta que te excuses Sarita, si seguro que
no es ni persona. Éste tiene más en común con un perro que con nosotros. Alcanza
a decir el primero, mientras mira de reojo a los dos chicos con cara de
asco.
Bourke: - Mi perro
seguro que es más inteligente que ellos…
Moree: - ¿De verdad merece la pena mancharse las
manos con ellos?
Escucháis hablar uno a uno, mirándoos con una ligera sonrisa,
como planeando que iban a hacer con vosotros.
- ¿Se ve algo?
Dune: - Desde la puerta se nos podrá ver de reojo…
¡Rubia, te dije que tenías que llevarles más lejos! Shara (o ese
pensabais que sería su nombre, visto lo visto) vuelve a murmurar un lo siento,
sólo que a este paso hacia ellos, ahora más tímida, como si pensase que si
dijera algo se pondrían contra ella.
Derek Heredia: Eran
sorprendentemente poco originales, pero el tercer pijo hizo que se me
encendiese una bombilla de alarma en la cabeza -Ensuciarse las manos...
supongo que no nos han traído aquí para insultarnos sino para...- Di
un paso hacia delante y me quité la camiseta -¿Os la dais de superiores
y venís en pandilla de maricones a por nosotros? ¡Venga, un 4 contra 2, me la
suda de gorda! Al menos a uno me llevo por delante- Le lancé la camisa
a la rubia, me iban a partir la cara de mala manera, eso era casi un hecho, al
menos salvaría la camisa. -Amigo, nos van a apalizar, pero al menos
no podrán decir que no le hemos echado cojones... al menos eso voy a hacer yo,
si quieres correr no te juzgaré- Le susurré a Lucius a la vez que
le daba un golpe en el hombro de complicidad. Acto seguido, me puse en alerta,
no levantaría los brazos para cuadrarme hasta que no se acercaran, pero ya
había preparado abdominales y pecho para el golpe. -Cuando queráis-
Lucius Dunkler : Veo
que la rubia se aleja, excusándose en disculpas.
- ¿? ¡¿Pero que coñ...?!- empiezo a pensar,
extrañándome y presintiendo algo que me daba muy mal rollo. Me doy la vuelta y
efectivamente: cuatro pijos enmonados clónicos, justamente los que vimos antes.
Empiezan a hablar entre sí, dejando claro que no nos iban a peinar
precisamente.
- Muy bien, rubia. ¡Te lo has currado!- le dije,
con cierta ironía. Tras escuchar a Derek, le comento: - ¿Y
perderme toda la diversión? ¡Nain! ¡Qué te lo has creído!-le
susurro, con una sonrisa.
Me arremango las mangas de mi camisa casi hasta el hombro,
dejando ver la musculatura de mis brazos. Años de mecánica me habían servido
para algo.
- ¡Mecaguentodoloquesemenea!-comienzo a decir en
voz, con cierta vena en mi cuello- ¡A ver, pandilla de fantoches
soplagaitas! ¡De uno en uno y en fila, si algo de hombría y valentía tenéis en
sangre!- digo por último, con los puños en alto y posición de combate. Ale,
a recordar mis viejos tiempos de pelea en la escuela: los puñetazos y
rodillazos varios no se me daban del todo mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario