sábado, 16 de noviembre de 2013

16. Esa interpretación que te sale bordada

Abirendo hoja de Pj. Personaje identificado: Arthas Giovanni. Naturaleza: Vampírica. Lugar: en una de las tantas calles oscuras de la ciudad de San Francisco.
Ejem...

"Después de haber investigado algunos puntos oscuros de la familia, el paso que tenía que dar era el siguiente: la búsqueda de más pistas que me permitieran dilucidar las terribles dudas que asaltaban mi cabeza una y otra vez. ¿Serían ciertos los rumores que había escuchado? ¿Había un traidor entre nosotros? Y de ser así, ¿quién podría ser? ¿Qué motivaciones le llevaban a jugarse el cuello de semejante manera, arriesgando incluso su propia no-vida? El peor castigo que le podía caer a un vampiro que traiciona a los suyos era exponerlo a plena luz del día hasta que, tras muchos gritos de sufrimiento y dolor, se convirtiera en polvo, y el viento se llevara sus restos.
Caminando por una de las calles de la zona de copas, me encuentro a un grupo de jóvenes que se hallan dentro de un pub, disfrutando de la noche y bebiendo como si les fuera la vida en ello: cuatro chicas y dos chicos, con música de ambiente de fondo, y una pista de baile circular donde la gente se juntaba acaramelada.


- Bien, un poco de entretenimiento me distraerá-pienso, a la par que entro de forma decidida. Le pido una bebida de Jack Daniel´s al camarero de la barra. Evidentemente, los vampiros no pueden comer ni beber elementos salvo la sangre, pero yo me había aprendido unos cuantos trucos para disimular que bebía de vasos con todo tipo de mezclas dispares. Me dí la vuelta, con mi JD en mano, y observo entre la multitud a la que sería mi presa: una chica despampanante y claramente atractiva, rubia de pelo corto, con tejanos azules, un tattoo de telaraña en el cuello y una camiseta negra ceñida donde ponía en letras blancas "kiss me".
- Sí, perfecto- me digo para mis adentros. El plan era claro: invitarla a unos cuantos tragos lo máximo posible y endulzarla con palabras amables mientras transcurriera la noche, hasta que me la llevara a la pista y, tras unos cuantos pases de baile y algún abrazo, ahí simularía un beso en su cuello que...bueno...no sería un beso exactamente, pero me resultaria electrizante, tanto para mí como para ella.

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