Hola lectores/as,
Hace poco me pasaron un artículo acerca del sexismo en los juegos de rol, de si el ocio que comporta todo este mundillo lo disfrutan por igual tanto hombres como mujeres, así como el riesgo discriminatorio que puede haber conllevado en algunas convenciones, entre otras "lindezas".
Por ello, me he dedicido en escribir esta entrada, para despejar toda duda y toda crítica que he podido encontrarme.
Las verdades, bien dichas sean
Dejando aparte alguna que otra barbaridad que se haya podido decir por parte de algunas personas de Canadá o de EE.UU, así como los comentarios malsanos de algunos trols en algunos foros y blogs, la verdad es la siguiente: cualquier ámbito del ocio tiene por objetivo divertir, no criticar ni discriminar.
Respecto al sexismo en los juegos de rol, no me voy a andar con rodeos: es cierto que han habido ocasiones que han aparecido ilustraciones y descripciones varias de la mujer ligera de ropa y con forma voluptuosa, pero eso no se ha reducido en los juegos de rol; desde hace algún tiempo se ha venido dando esta imagen en algunos sectores de la industria del videojuego y algunas películas, principalmente dirigida por y para el público masculino. Por suerte, en los últimos tiempos esta exageración se ha ido reduciendo gracias a la evolución que ha ido teniendo, así como la entrada al mundillo de un cada vez mayor número de población femenina que se ha ido sumando. Las distintas formas de ver el ocio y los personajes han ido, así pues, cambiando y adaptándose a las nuevas ideas y tiempos.
Dicho esto, también hay que relajar la crítica fácil que en algunos ámbitos de las redes sociales y el mundo del social media está causando: el surgimiento de gente que dicen auténticas bestialidades sin fundamento ni dato ninguno, amparándose en el anonimato que ofrece crearse una cuenta, ponerse una imagen y nombre falsos que evita el tener que mirar al interlocutor cara a cara. Si bien es verdad que la World Wide Web ofrece todo tipo de medios para jugar y opinar, no hemos de olvidar un mínimo de respeto y sentido común para el resto de las comunidades.
Por otra parte, dejando de lado el ámbito electrónico, en ocasiones en las convenciones y reuniones de juegos de rol y videojuegos puede haber gente que haya llegado a la agresión física o verbal, por un quítame esos dados. Cuidado con esta actitud: es cierto que en ocasiones uno/a puede ponerse nervioso al no ganar en una partida o no salirle la jugada tal y como la tenía planeada, pero de ahí llegar a cualquier tipo de insulto y agresión es un tipo de acto que no se puede tolerar. Existe, además de la gente participante y organizadora de los eventos, toda una legislación vigente en las diferentes comunidades autónomas y estados para evitar y combatir este tipo de problemas.
Por último, y ya para terminar, en el mundo actual las comunicaciones y las relaciones entre las diversas personas han ido cambiando. En el mundo globalizado de hoy en día, gracias a las nuevas tecnologías que tenemos hoy disponibles, una persona de España puede hablar con otra de Rusia, Ecuador o Nueva York. Las preguntas más importantes que nos tenemos qué hacer son: ¿con quién he pasado un buen rato? ¿me ha faltado o yo le he faltado en algún momento? ¿dónde está el límite?
Por ello, me he dedicido en escribir esta entrada, para despejar toda duda y toda crítica que he podido encontrarme.
Las verdades, bien dichas sean
Dejando aparte alguna que otra barbaridad que se haya podido decir por parte de algunas personas de Canadá o de EE.UU, así como los comentarios malsanos de algunos trols en algunos foros y blogs, la verdad es la siguiente: cualquier ámbito del ocio tiene por objetivo divertir, no criticar ni discriminar.
Respecto al sexismo en los juegos de rol, no me voy a andar con rodeos: es cierto que han habido ocasiones que han aparecido ilustraciones y descripciones varias de la mujer ligera de ropa y con forma voluptuosa, pero eso no se ha reducido en los juegos de rol; desde hace algún tiempo se ha venido dando esta imagen en algunos sectores de la industria del videojuego y algunas películas, principalmente dirigida por y para el público masculino. Por suerte, en los últimos tiempos esta exageración se ha ido reduciendo gracias a la evolución que ha ido teniendo, así como la entrada al mundillo de un cada vez mayor número de población femenina que se ha ido sumando. Las distintas formas de ver el ocio y los personajes han ido, así pues, cambiando y adaptándose a las nuevas ideas y tiempos.
Dicho esto, también hay que relajar la crítica fácil que en algunos ámbitos de las redes sociales y el mundo del social media está causando: el surgimiento de gente que dicen auténticas bestialidades sin fundamento ni dato ninguno, amparándose en el anonimato que ofrece crearse una cuenta, ponerse una imagen y nombre falsos que evita el tener que mirar al interlocutor cara a cara. Si bien es verdad que la World Wide Web ofrece todo tipo de medios para jugar y opinar, no hemos de olvidar un mínimo de respeto y sentido común para el resto de las comunidades.
Por otra parte, dejando de lado el ámbito electrónico, en ocasiones en las convenciones y reuniones de juegos de rol y videojuegos puede haber gente que haya llegado a la agresión física o verbal, por un quítame esos dados. Cuidado con esta actitud: es cierto que en ocasiones uno/a puede ponerse nervioso al no ganar en una partida o no salirle la jugada tal y como la tenía planeada, pero de ahí llegar a cualquier tipo de insulto y agresión es un tipo de acto que no se puede tolerar. Existe, además de la gente participante y organizadora de los eventos, toda una legislación vigente en las diferentes comunidades autónomas y estados para evitar y combatir este tipo de problemas.
Por último, y ya para terminar, en el mundo actual las comunicaciones y las relaciones entre las diversas personas han ido cambiando. En el mundo globalizado de hoy en día, gracias a las nuevas tecnologías que tenemos hoy disponibles, una persona de España puede hablar con otra de Rusia, Ecuador o Nueva York. Las preguntas más importantes que nos tenemos qué hacer son: ¿con quién he pasado un buen rato? ¿me ha faltado o yo le he faltado en algún momento? ¿dónde está el límite?
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